Ese enero de 2021 se cumplen 5 años de ACCIONES CON CORAZÓN, una iniciativa de colaboración que tenía por objetivo aunar recursos pero sobre todo corazones. Por ello, quiero desde aquí agradecer a dos personas que han sido de gran valor para el desarrollo de KASH-LUMN Family Care: Gloria Canyet de Familium y Jordi Ferrer de La Actualidad 5 sentidos. A ellos se debe la inspiración del artículo que escribí en su momento y que de nuevo quiero traer hasta aquí.

El título de este post y las palabras que reproduzco a continuación corresponden al artículo que en su día me pidió y publicó Jordi en su blog y que titulamos “Gufi se ha ido para no volver nunca más” y que podéis ver aquí en su publicación original del 23 de julio de 2014.

La imagen de cabecera pero especialmente su permiso para utilizarla y contar la situación en la que se hizo, se la debo a Gloria que en un día difícil, me permitió acompañar  a su familia en la despedida de su amigo Gufi. Ellos acompañan también a cada uno de los peques de todas las familys que hasta ahora se han embarcado en la aventura del CURSO online sobre emociones infantiles para con su experiencia, gestionar adecuadamente la pérdida de un ser querido. Gracias a los dos, por ser tan generosos con KASH-LUMN Family Care.

Gufi se ha ido para no volver nunca más

Marc tiene 7 años y hace unos días perdió lo que más quería en este mundo, a su perrito Gufi lo atropelló un coche y murió en el acto.

Muchos padres no saben cómo afrontar el tema de la muerte cuando ésta aparece en el entorno cercano o cuando los peques empiezan a preguntar por ella. La muerte es un hecho natural asociado a la vida y si como adultos sabemos afrontarla, sabremos explicarla a los hijos. Las creencias personales, las propias convicciones culturales, religiosas son las que nos darán los argumentos para su explicación.

Hablar de la muerte, afrontarla con serenidad nos pone en contacto con dos emociones esenciales para la vida: el miedo a lo desconocido y la tristeza por la pérdida de lo querido.

Morirse es afrontar la gran aventura del no saber. Por eso, morirse da tanto miedo y por eso hemos de aprovechar la vida, aprendiendo de todo lo que nos rodea, buscando la alegría, cuidándonos y cuidando.

Aceptar la muerte es asumir el proceso de la pérdida como un acto de amor, de reconocimiento hacia el que se va, de gratitud por lo vivido a su lado.

Cuando un niño pregunta es que necesita respuestas y está preparado para escucharlas.  Por ello es importante que ante la pregunta sobre el tema de la muerte afrontemos la situación con naturalidad sin eludir el dramatismo que conlleva.

Los seres humanos nacemos, crecemos y cuando nos hacemos muy viejecitos y ya estamos sin fuerzas para vivir, morimos. Eso es lo normal aunque muchas veces también nos morimos porque nos hacemos mucho daño en un accidente o nos ponemos muy enfermos y no podemos curarnos. Morirse es irse para siempre a un lugar del que ya no volvemos.

La muerte  de Gufi, por ser accidental, creó un gran impacto en Marc. Ya no podría jugar con él, ni le esperaría a la salida del cole, se había ido para siempre su mejor amigo. Marc despidió a su amigo con tristeza pero sabiendo que siempre lo iba a recordar. Imaginó que ese lugar desconocido estaba en las estrellas y desde entonces, cada noche, le desea felices sueños desde su ventana.

Ante la muerte de un ser querido es importante poderse despedir e iniciar un proceso natural de duelo. Hay situaciones extremadamente dolorosas que precisan de un acompañamiento terapéutico que permita avanzar en el proceso de duelo.

Si la temática de cómo explicar la muerte a los niños os interesa, podéis también clickar AQUÍ para acceder al artículo que escribí para la sección M&P de El País «Cómo hablar de la muerte con los niños» en febrero de 2017.