En el caluroso verano del 2012, como por arte de magia, apareció en KASH-LUMN Family Care la oportunidad de escribir un cuento para padres en el que explicáramos, a modo de fantasía, nuestro modelo de intervención domiciliario.

El resultado: Kashy y sus susurros mágicos.

Gracias a MamaLibro, una librería online de productos infantiles y libros sobre crianza, pudimos hacer de esa oportunidad una realidad y ganar el concurso que se propuso.

Desde entonces nuestro cuento para padresKashy y sus susurros mágicos nos ha acompañado en diferentes eventos. Actualmente, con una nueva versión, forma parte del diploma final de nuestro CURSO online sobre emociones infantiles para familias con inquietudes.  Versión a la que hemos dado vuelta al título convirtiéndolo en «Los susurros mágicos de Kashy». Os invito a que clickeis en el siguiente enlace y escuchéis la versión de este cuento para padres que tuve el placer de compartir en la entrevista que me hizo Dolors Rivera para Radio Vilafant, a ver que os parece…

Kashy y sus susurros mágicos

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¿Mejor leerlo? Pues aquí está nuestro cuento para padres:

Los susurros mágicos de Kashy

En aquel verano del 2012, la canícula producía curiosos espejismos.  Manolo, el mecánico, creyó ver en uno de los coches averiados, cuatro hipopótamos.   A Luisa, la peluquera, las largas cabelleras que alisaba se le convertían en retorcidos recogidos que apuntaban al cielo. Para Antonio, el maestro, sus alumnos se encogían hasta desaparecer.  Por eso, cuando Magda salió del hipermercado con tres bolsas repletas, en cada mano, que en el aparcamiento sólo quedara su todoterreno y, apoyada en el maletero una jovencita con alas verdes, no le sorprendió en absoluto.  Ya desaparecerá cuando me vaya acercando, pensó. Pero…
-Hola, ¿sabes por qué las hadas y las mariposas somos primas hermanas?  Mi nombre es Kashy y tú debes ser Magda.  ¿Te ayudo con las bolsas?

-Ei, ¿quién eres, qué haces aquí, cómo sabes mi nombre?

-Ja, ja, ja… ¡Cuántas preguntas!  Digamos que las hadas solemos saber esas cosas.

Magda sacudió la cabeza con la esperanza que el espejismo se esfumara pero Kashy seguía ahí.

-Vuelo y vuelo hasta allí dónde un papá o una mamá me necesita, a eso me dedico.  Y creo que tú precisas de mis servicios.

-¿Eres como el hada madrina de los cuentos?

-Bueno, de alguna manera puedo hacer realidad tus deseos.

-Ah sí, entonces ¿qué puedes hacer por mí?

-Eso depende de a  lo que estés dispuesta.  Mi magia consiste en volverme transparente y susurrarte al oído los secretos que se esconden en los comportamientos de tus hijos.

-¿Sabes por qué Jan se empeña en no guardar sus juguetes?  Y, ¿por qué María se pone malísima cuando tiene un examen hasta el punto de no ir al cole?  Me sacan de quicio.

-Más que saberlo, te puedo ayudar a descubrirlo.  Cada niño tiene sus razones, tus hijos tendrán las suyas y nadie mejor que sus papás para saberlas.

-¿Qué hacemos entonces?

-Es fácil, dejarme que te acompañe y que disfrutemos de la experiencia.

-¡Pues vamos allá!  Ya verás, con lo tarde que se ha hecho y la cena sin hacer… ¡lo que nos vamos a encontrar!  María está cuidando de Jan porque mi marido está toda la semana de viaje, seguro que a estas horas están los dos peleándose.

Ya era de noche cuando Magda y Kashy se subieron al coche para ir a casa. Una brisa refrescó el ambiente mientras, Kashy iba perdiendo su color para convertirse en una tenue luz dorada.

-Mamá, mamá… por fin estás aquí –vociferaba María desde la puerta del garaje-.  Jan no me hace caso, tiene la habitación hecha una pocilga.

-¡Bienvenida a la batalla de mi hogar!

-Noooo, ¡vamos a divertirnos!

-Mamá, ¿qué te pasa?  Pareces diferente –le dijo María al pasar por su lado-.

-¿Qué?

-Es mi luz –susurró Kashy a Magda-. Vamos a ver a Jan.

-Mamá, que estás diferente.

-¡Vale mi amor!  A  ver cómo está tu hermano.

-Magda, ahora prohibido enfadarse –volvió a susurrar Kashy-. Sólo observa la reacción de Jan.

Pero Jan estaba tan entusiasmado con sus juguetes que ni se enteró quien acababa de llegar. Kashy que se dio cuenta de la situación, emitió un leve quejido que alteró a Jan.

-Mamiiiii, ¡has vuelto! –gritó Jan abrazándose a las piernas de Magda-. ¡Vamos a cenar!

Antes de que Magda pudiera responder a su hijo, Kashy le ayudó a reflexionar sobre lo más importante de ese momento.

-Claro Jan, vamos a ver que ha traído mamá del super para cenar –respondió a su hijo con una gran sonrisa-.  Y antes de ir a dormir recogeremos los juguetes juntos.  ¿Qué te parece?

A Jan pareció gustarle. Al menos, se había librado de recoger los juguetes y hacerlo después con mamá era una buena idea, hasta podría ser divertido.

Kashy susurró y susurró a Magda un día tras otro.

-Dime Kashy, ¿por qué me siento tan feliz? –pregunto una mañana Magda-.

-Porque ya no gritas, ni te pones nerviosa.  Ahora te sientes más segura de tus convicciones y eres más consciente de tus reacciones.  Comprendes los comportamientos de Jan y de María y te es más fácil ayudarles.

-¡Tienes razón Kashy!  Y sobre todo, puedo escuchar sus emociones sin confundirlas con las mías. Ahora es realmente apasionante la aventura de ser mamá y además tengo muchas ganas de que llegue su papá para explicárselo todo.

Entonces Kashy comprendió que era el momento de despedirse y poco a poco recobró su estado original.  Ya estaba lista para marchar pero, aún faltaba una cosa por hacer, el último de los susurros, un hilo dorado que crecía y crecía cambiando hacia a un verde luminoso. Dos preciosas alas aparecieron ante la mirada expectante de Magda.

-Aquí tienes tus alas princesa, para que tus peques vean en ti a su GranHada.

Y dicho esto, Kashy emprendió un nuevo viaje para seguir volando, volando hacia otro destino.

-FIN-

© Yolanda Salvatierra de KASH-LUMN Family Care, este cuento para padres fue premiado por MamaLibro, octubre 2012

Si te ha gustado este cuento para padres y quieres convertirte en la verdadera hada de tus hijos, y al igual que Magda conseguir tus alas de Hada Madrina, no dejes de informarte sobre nuestro CURSO on-line sobre emociones infantiles para familias con inquietudes, ¡seguro que te interesa! Clicka aquí